
Se trata de un mecanismo infalible para perpetuar la especie, un mecanismo escondido en lo más profundo de nuestro ADN y que se ha mantenido intacto durante millones de años de evolución. Sin embargo, el mecanismo no siempre se conserva a medida que el humano crece, o se distorsiona por causas culturales y conductas aprendidas, es justo aquí cuando somos testigos de los malos padres.
¿Qué son los malos padres? Esencialmente, personas cuyo sentido de las buenas costumbres y de la lógica han sido erosionados hasta el punto de considerar acciones desagradables y peligrosas como “actos de amor” hacia sus pequeños. Son esos padres a los que les resulta gracioso darle de tomar cerveza a sus pequeños, o fotografiarlos con armas de fuego.
¿Y quiénes son los padres malos? Si tuviera que definirlos en una sola palabra: Delincuentes. Son mucho peor que los malos padres, ya que este tipo de personas ponen constantemente en riesgo la vida de sus propios hijos.
Pero basta de preámbulos y mejor vamos a la evidencia.


















































No hay comentarios:
Publicar un comentario